miércoles, 4 de mayo de 2011

Más inteligencia e la arquitectura

Visión Histórica de La Arquitectura Inteligente


Un concepto milenario

Irving H. Malpica Castañeda*



La transformación del entorno natural tiene una sola respuesta: la búsqueda del confort humano. Desde los primeros capítulos de la historia de la humanidad, los hombres se han visto en la necesidad de protegerse y por eso vieron en las cuevas sus refugios perfectos. Sin embargo, los individuos evolucionaron y pronto comenzaron a buscar que estos espacios significaran algo más allá que la mera protección y es en ese instante que las personas crearon edificaciones que mostraran su identidad como pueblo.



Sin saber cuándo ocurrió, el ser humano dejó de pedir lo indispensable y comenzó a ser más exigente en sus requerimientos de confort. Y es así que ha llegado a la era digital, en la que se hace uso efectivo de la tecnología para la creación de microclimas más confortables, espacios interactivos y que le brinden seguridad sin estar al pendiente de su patrimonio.



La arquitectura inteligente es la creación de espacios para la sociedad vista desde varios aspectos integrales, que en conjunto configuran edificios o viviendas verdaderamente pensadas y acoplables con el medio ambiente. Para la realización de estas edificaciones se incorporan automatismos que garantizan ambientes confortables y seguros para el individuo donde quedan obsoletas las funciones que acostumbraba a ejecutar de manera manual. Es aquí donde aparecen los conceptos de domótica e inmótica; automatizaciones en viviendas y edificios, respectivamente.



Es de vital importancia evaluar los sistemas inteligentes, que como su nombre lo indica, deben funcionar correctamente sin necesidad de estar al pendiente de ellos en todo momento. Dichos sistemas se implementan hoy en día en edificios existentes o en proyectos a construir. El ser humano se encuentra en la búsqueda de qué sistemas son compatibles unos con otros, para evitarse complicaciones, continúa indagando sobre los mecanismos que en realidad le beneficiarán en sus costes. Es aquí donde es importante recalcar dos puntos clave: es más económica la incorporación de los sistemas domóticos o inmóticos en la fase de proyecto que en edificios ya construidos. La otra cuestión es la correcta inversión de nuestro presupuesto, pues al adoptar un sistema se debe verificar que el ahorro que se tenga sea a largo plazo y no a corto, pues mal planear edificios o viviendas, por disminuir los gastos iniciales puede traer consecuencias caóticas.



Es necesario reflexionar dos temáticas que integran la verdadera arquitectura inteligente:



 Revisar los sistemas de gestión del confort, seguridad, ocio, comunicaciones, etc. ya que se deben plantear prioridades, automatismos compatibles que no creen espacios habitables complejos, sino ambientes en los que el ser humano continúe siendo el protagonista, en donde al faltar la energía eléctrica, las personas puedan volver a realizar sus acciones manualmente. El ser humano debe tener presente el ingenio que le ayudó a resolver problemas durante gran parte de su historia.



 Continuando con la reflexión que debería plantearse el ser humano y las soluciones que ha dado ante distintas situaciones, debe recordar la manera en que construyeron sus antepasados; personas que no eran arquitectos, pero que contaban con algo equiparable: el ingenio. Individuos que crearon espacios agradables al emplear los materiales autóctonos de la región y los sistemas constructivos conocidos por ellos mismos.



La arquitectura internacional no existe. Las condiciones climáticas de cada lugar del planeta son diferentes y por ello es imposible concebir la idea de una arquitectura que en verdad funcionara para todos. Desgraciadamente el ser humano se aferra a construir rascacielos acristalados o metálicos y como una moda todos desean hacerlo. Va proliferando una arquitectura hueca, vista únicamente como una imagen que vende. Si los arquitectos se sentaran a revisar la orientación de los vientos dominantes, la trayectoria solar, la humedad con la que cuenta su localidad, sabrían hacer arquitectura de calidad, espacios que pensados para el aquí, el hoy y el mañana.



Es indispensable aterrizar a los arquitectos, ya que deben proponer ideas para resolver espacios que disfrutarán otras personas, edificaciones que existirán por más de 50 años quizá y que de su acertada o incorrecta decisión al proyectar el inmueble, representará para generaciones futuras un alivio que exista ese edificio o un dolor de cabeza en el peor de los casos. Es por ello que se tiene que construir sin asignarle una función tajante al proyecto, debe ser flexible.



La arquitectura sostenible es una arquitectura inteligente, pues busca de qué manera obtener de la naturaleza lo indispensable para satisfacer sus necesidades, emplea dispositivos activos y pasivos, para disminuir los costos de energía. La arquitectura inteligente tiene presente el pasado de su entorno cultural y ecológico. Revisa cómo construían los pobladores de su ciudad y conoce las condiciones climáticas del lugar.



La arquitectura inteligente está consciente de vivir en el siglo XXI y por ello experimenta con formas, materiales y sistemas novedosos. Además emplea los dispositivos automáticos para la configuración de espacios seguros y agradables para las personas, cuidando el ahorro energético.



La arquitectura inteligente existe hoy por hoy, pues está implícita en las edificaciones de alguna u otra manera. Lo tarea de los arquitectos entonces es revisar desde los materiales, los sistemas constructivos, las condiciones climáticas, el correcto uso de los automatismos, crear espacios inteligentes en toda la extensión de la palabra. Sin embargo para que la arquitectura inteligente esté a disposición de todos, implica concientizar a la gente, difundir propuestas exitosas, realizar debates por parte de los especialistas. Los arquitectos, generadores de fraccionamientos, unidades habitacionales, etc. deben hacer uso de sus conocimientos y así crear arquitectura de calidad.



Se debe difundir en mayor medida el tema de los automatismos en viviendas y edificios, para de esta manera disminuir los costos de éstos, ya que actualmente se catalogan como lujos de la clase social alta. Buscar que estos mecanismos en verdad ahorren el consumo energético, sean sencillos y compatibles con otros sistemas.



En la medida que el ser humano rescate todo lo planteado en esta reflexión, que le de la importancia que merece como una cuestión cultural que nos involucra a todos con nuestro pasado, la actualidad y el mañana; como un aspecto medioambiental en el que estamos obligados a reponer de alguna u otra forma lo que nos ha brindado la naturaleza y socialmente pues el arquitecto, al construir para todos, sin discriminaciones, creará espacios sostenibles, lugares novedosos, arquitectura inteligente.



*Alumno del 8° semestre de la carrera de arquitectura. Universidad Villa Rica, Veracruz

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