miércoles, 4 de mayo de 2011

Arquitectura con inteligencia

LA INTELIGENCIA DE LA ARQUITECTURA


Jesús David Barrios López*

La arquitectura inteligente es un término que debe identificar a todo aquel producto del diseño arquitectónico que desde su idea original plantea soluciones razonadas a cada una de las necesidades humanas y ambientales.

El concepto no debe considerarse como un estilo o una corriente arquitectónica, sino como un razonamiento fundamental para el desarrollo del quehacer de la arquitectura, es decir, cada una de las edificaciones debe cumplir con cada expectativa que la arquitectura inteligente plantea.

Desde tiempos antiguos, el arquitecto se ha valido de diferentes técnicas e invenciones para resolver sus proyectos, asumiendo criterios de selección que permiten que el edificio sea eficiente de acuerdo con la tecnología de su tiempo y la calidad espacial requerida, por lo que la arquitectura inteligente ya existía desde entonces en algunos proyectos que al mismo tiempo servían al ser humano, como también se integraban a la naturaleza, por ejemplo, algunas de las edificaciones griegas que aprovechaban la topografía de la montaña y las condiciones del entorno para crear objetos arquitectónico que satisficieron a sus habitantes.

Ahora la metodología empleada, así como la técnica y la tecnología han evolucionado de tal forma que se nos permite disminuir cada vez más el impacto ambiental, crear sistemas manipulables que complementen la funcionalidad del edificio. También se han ideado nuevos espacios y nuevas formas de composición estética y formal que han diversificado la manera de hacer arquitectura.

Entonces ¿qué hace a la arquitectura, inteligente? Simplemente el ingenio con el que se resuelven los problemas centrales del edificio en todas sus vertientes para lograr un óptimo desempeño de ese objeto habitable.

Desde el planteamiento de la “máquina para vivir” de Le Corbusier, debemos considerar que la edificación no debe ser un objeto inerte, o inamovible, sino que gracias a las nuevas herramientas podemos dinamizar muchos elementos que la compongan, sería un retroceso el no considerar elementos “vivos” dentro de la funcionalidad de los espacios. Nuestro tiempo requiere de una visión diferente a la de las antiguas civilizaciones, debido también a los estragos que ha causado la revolución industrial, debido a la cual hemos abierto los ojos a lo que no debiera ser y marchamos contra el reloj y la fuerza de la naturaleza para contrarrestar los efectos del calentamiento global.

Aunque parecieran hechos aislados a la arquitectura, a nada debiera responder hoy en día una arquitectura inteligente, como a esos problemas tan mundialmente extendidos.

¿Puede considerarse la arquitectura inteligente, como arquitectura sustentable?

Son dos formas del lenguaje arquitectónico que juntas permiten una arquitectura integral de calidad; la inteligencia del edificio se encuentra en la capacidad de respuesta que tiene ante las necesidades de sus habitantes, el confort que les proporciona, así como la seguridad del mismo y el grado de integración con el entorno, la sustentabilidad del edificio se enfoca a la protección del patrimonio tanto del mismo edificio como del ambiente, para permitir calidad de vida a las generaciones futuras.

El hecho es que si no hay arquitectura sustentable responde procesos y consecuencias externas al edificio mismo, pero que lo afectan, la arquitectura inteligente son aplicaciones directas al elemento arquitectónico, y debiera configurarse de las siguientes preguntas:

El edificio…

1. ¿Se integra con el entorno?

2. ¿Responde a emergencias de forma eficiente?

3. ¿Visualmente es placentero?

4. ¿Proporciona seguridad al usuario?

5. ¿Se comunica con el usuario que lo habita?

6. ¿Responde al momento histórico que se está viviendo?

7. ¿Permite reducir costos de mantenimiento?

8. ¿Es susceptible a evolucionar?

Dependiendo de las respuestas a esas interrogantes, se podría determinar el “coeficiente intelectual” de cada edificio. A continuación se describe cada interrogante:

La integración al entorno es lograr que el cuerpo arquitectónico no afecte al ambiente que lo rodea, que se mimetice con él y que inclusive pueda funcionar como apoyo a la naturaleza. En la actualidad existen científicos buscando soluciones basadas en seres orgánicos, por ejemplo, para que un edificio pueda imitar funciones biológicas de un árbol, convirtiendo el CO2 en oxígeno, etc. Hoy en día el edificio inteligente debe evitar ser un problema de tipo ecológico. Es el nivel de respuesta que tiene con el ambiente lo que permitirá saber su calidad.

La capacidad de respuesta ante las necesidades del usuario. Se plantea qué tan eficiente se vuelve el edificio en situaciones no cotidianas, por ejemplo en desastres naturales como inundaciones, huracanes, etc. además de tener rutas de evacuación perfectamente definidas.

La estética aparte de responder a un placer visual, también debe contar una historia y no estar separada de la conceptualización funcional del edificio, ni por el simple hecho de su belleza, exceder en superficies, alturas, etc. Debe estudiarse a fondo y no permitir que el edificio permanezca sólo como un elemento bonito.

La seguridad se refiere a la forma de evitar todos los aspectos que por acción directa o indirecta afecten la integridad del individuo dentro del edificio, empleando, por ejemplo, suelos antiderrapantes, barandillas, etc. elementos que proporcionen niveles de seguridad mecánica, o alarmas y otros sistemas de automatización electrónica.

El edificio también debe entablar una comunicación, es decir, estar en permanente diálogo con el usuario para almacenar una memoria de sus actividades y poder identificar las situaciones inusuales o saber responder a lo que el usuario pide. Esto se logra mediante automatismos, que no deben exentarse de ser empleados dentro del diseño arquitectónico, como se describe en el siguiente punto.

El nivel de respuesta al momento histórico debe enfocarse a la forma en la que el diseño integral del edificio se relaciona con el momento tecnológico, social, cultural, político, que se está experimentando en la vida humana. Actualmente la tecnología aplicada como automatismo electrónico dentro de un edificio, al ser posible, debe ser implementada y a su vez respetar la integración con el entorno, en respuesta al cambio climático que se está viviendo, vivimos una era automática.

La adecuación económica nunca debe dejarse de lado en ningún momento del proceso de diseño. Su viabilidad debe ser estudiada de acuerdo al capital existente. Ignorar los costos de diseño, realización, producción, trasporte, mantenimiento y destrucción, es caer en una arquitectura de bajo coeficiente intelectual.

Por último, la capacidad de evolucionar debe suponer que en el futuro existirán nuevas técnicas y formas de solucionar diversas problemáticas, por lo que el edificio debe contener ciertas vías de adaptación a estos nuevos modelos sin ser tan afectada en su integridad y a la vez permitiéndose avanzar en el momento histórico.

La arquitectura inteligente hoy por hoy se relaciona mucho más con los elementos automáticos y electrónicos porque ellos son las herramientas con las que contamos, las más avanzadas y por lo tanto, como en algún aspecto fue comentado, no puede permitirse una arquitectura inteligente que no contemple estas nuevas alternativas.

El edificio debe funcionar como un ser biológico con piel que responde al entorno, con un sistema inmunológico que protege su interior, con sistema circulatorio como recorridos e instalaciones lineales, con nivelación de temperatura, etc. Este nuevo ser debe dialogar con el que lo habita y el entorno en el que vive. Por lo que la imagen que resulta, mezclando estas capacidades con la tecnología de punta, nos refieren a panoramas muy robóticos que se unen a la naturaleza.

Es importante mencionar que el nivel de inteligencia del edificio es proporcional al nivel de inteligencia del o los arquitectos y su capacidad para relacionar el conocimiento con el de otros profesionistas e integrar un edificio domótica (o inmótica), humana y ambientalmente capacitado.

*Alumno del 8° semestre de la carrera de arquitectura. Universidad Villa Rica, Veracruz.

1 comentario:

  1. Muy interesante reflexión acerca de qué es la arquitectura inteligente y sí semejante concepto es posible o deberíamos mejor de aplicar nuestra inteligencia en el proceso de adecuación del entorno para nuestras necesidades.

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